Intoxicación por monóxido de carbono: consecuencias

Todos necesitamos del oxígeno para vivir. Y ese oxígeno es el que nos permite realizar cualquier actividad física o mental. La hemoglobina es la encargada de realizar este proceso en la sangre. Por eso es tan importante que el ambiente en el que nos encontremos sea saludable.

Las emanaciones de monóxido de carbono afectan seriamente a la salud. Cuando este gas venenoso ingresa al organismo lo hace a través de los pulmones y desde allí pasa en forma directa a la sangre, contaminándola y reduciendo la capacidad de la persona para transportar oxígeno. Las transformaciones químicas que se producen generan alteraciones en el cerebro y el corazón. Los síntomas que se presentan luego, suelen confundirse con los de la gripe o de una intoxicación alimentaria.

La unión de la hemoglobina con el monóxido de carbono es conocida como carboxihemoglobina, una sustancia 210 veces más afín en sangre que el oxígeno, esto quiere decir que se alojará más rápidamente en la sangre que el oxígeno, por eso la intoxicación -sea leve o grave- se produce en pocos minutos.

Según el grado de contaminación en el ambiente y el tiempo de exposición de una persona a este gas tóxico, la afectación a la salud varía de acuerdo a la siguiente tabla:
Una intoxicación leve tendrá como manifestaciones: debilidad, cansancio y tendencia al sueño, dolor de cabeza, náuseas y vómitos, dolor de pecho y aceleración del pulso en la primera fase.
Una intoxicación grave puede producir: temperatura corporal baja, inconciencia, respiración irregular, convulsiones, pulso lento y/o irregular, tensión arterial baja y aún la muerte.

La persona que ha sobrevivido a una intoxicación grave puede presentar lesiones en el cerebro y problemas de memoria irreversibles. En otros casos, puede tardar varias semanas en recuperarse y experimentar recaídas en un proceso de restablecimiento aparente.

Prestá atención a “Los 12 síntomas comunes por inhalar monóxido de carbono” (http://enargas.blogspot.com/2011/09/los-sintomas-mas-recurrentes-detectados.html) y entendé que prevenir es más fácil que curar. Para mayor información enviános un e-mail a: info@enargas.gov.ar.



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